De un arte milenario a la maternidad actual


Hace muchos siglos el masaje constituyó una práctica relacionada con la salud;
en Roma, imperio conquistador, los hombres recibían masajes para fortalecer el cuerpo antes de las batallas; en Grecia también eran los hombres los beneficiarios pero lo implementaban como preparación para los deporte en las olimpíadas.

Desde hace siglos también en Oriente, especialmente en India y China, las madres masajean a sus bebes y niños como parte integral de los cuidados básicos. Esta práctica transmitida de generación en generación no necesitó de escuelas ni cursos especializados.

Quien quiera referirse en Argentina a los masajes para bebés lo hará con el nombre “SHANTALA”, pero éste, para quienes lo escucharon y para quienes no se los cuento ahora; es el nombre de una mujer hindú que aparece en un libro (1), el 1° a partir del cual se viene difundiendo y a eso se debe el peso de su nombre.

El masaje que allí se enseña es de origen hindú. Existen otras técnicas de masaje para bebés y niños además de Shantala, pero la mayoría toman en cuenta aspectos de esta técnica madre

Cada cultura posee valores, creencias, rituales y conocimientos particulares, lo importante es tomar de una cultura aquello que podemos aprovechar para vivir más plenamente; pero esto, requiere de ciertas adaptaciones hacia la cultura en la cual uno está inserto

(1) Leboyer F.(1978), Shantala, Argentina - Edit. Hacette

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Actualmente, en algunos países de Europa se enseña el masaje a las mamás recientes desde el ámbito de la puericultura y es en EEUU, Miami, en el “Touch Research Institute” (Instituto del tacto) donde se vienen realizando investigaciones
científicas acerca de los beneficios del masaje en bebes prematuros, niños con
diferentes patologías, quemados, tercera edad, adolescentes y embarazadas.

En occidente sobre todo en las últimas décadas se viene difundiendo e incorporándolo como pauta de crianza; siendo cada vez más los pediatras que lo recomiendan por sus valiosos beneficios y porque es realmente sencillo aprenderlo.

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El bebé crece y se mueve en el mar de la placenta, se mece. El vientre que lo alberga –su primera casa- es la más segura, allí el equilibrio es perfecto.

No sabe aún del día y la noche, sabe apenas de la cultura que lo espera.

Los intercambios con la madre son a través de la sangre, de la voz y de los ritmos.
Cuando el recinto le queda pequeño sale a conocer otro mundo, se inaugura una segunda casa – los brazos, la leche, los cuerpos, el amor.

Las contracciones que anuncian el parto son para el bebé abrazos de despedida

Dos fuerzas se unen y una puerta se abre.
El torrente fluido lo ayuda a salir.

Afuera todo es... diferente. Todo debe aprenderse y son tantas, tantas cosas; inimaginable para el adulto que sabe de la vida.

¿Quién soy? ¿Cómo sos? Mamá y bebé comienzan a reconocerse: se miran, se huelen, se escuchan, se comunican en el cuerpo a cuerpo.
Se inaugura el encuentro en esta nueva casa,

los brazos, los pechos de la madre, los cuerpos, el amor, la piel

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Tocar implica siempre ser tocado, el sentido del tacto es bidireccional y constituye un canal de comunicación.
Cuando hacemos referencia al tacto decimos que sentimos algo como duro, blando, áspero…, es el mismo verbo que utilizamos para expresar nuestras emociones.

¿Qué percibe el bebé a través de la piel?, registra la temperatura, sensaciones de dolor y placer, texturas, forma y volumen, su estructura interna y externa, la vibración de lo sonoro, las emociones maternas.

El tacto y el contacto están ligados a la emoción, el conocimiento y
el aprendizaje de sí mismo y del mundo que lo rodea.

En nuestra cultura apelamos siempre a la palabra y la mirada como modo de comunicación más corriente, pero el lenguaje piel a piel es el que percibe el bebé con mayor claridad en el intercambio con el cuerpo del adulto que lo acoge y lo contiene.

Cuando la madre toca a su bebé le dice que él está allí, dando cauce a su existencia, allí también hay alguien para cuidarlo, para presentarle el mundo del cual el bebé aún no se ha diferenciado.

La piel, primer ropaje del ser humano configura un espacio esencial
para la comunicación.

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Si tomamos plena consciencia que el cuerpo no es producto solo de la biología entenderemos que los beneficios que se obtienen a través de la implementación del masaje no son solamente fisiológicos.

Tampoco podemos afirmar que sólo favorecemos su vida emocional siendo un recurso para el intercambio entre el bebé y el adulto.

El bebé es un ser que está madurando, creciendo, insertándose en la cultura y construyendo su psiquismo.

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, posee numerosos receptores nerviosos que reciben los estímulos y  los transmiten al sistema nervioso.

El estímulo sobre la piel incide directamente sobre nuestro cerebro permitiendo reconocer las diferentes superficies que se contactan con nuestro cuerpo y también transmitiendo información térmica, de presión y dolor; es por eso que la piel es un gran protector para nuestra integridad.

Por otro lado el masaje estimula el funcionamiento de algunos órganos y sistemas vitales como el sistema respiratorio, gastrointestinal, endócrino, circulatorio, linfático e inmunológico creando una mejor calidad de nuestra salud.

Además de ser un potente estímulo, el masaje promueve la relajación corporal que repercute en nuestras actividades físicas e intelectuales.

Podemos afirmar que el alcance de la relajación beneficia ambos aspectos, tanto la fisiología como la vida afectiva que se interrelacionan y se modifican mutuamente.

Para los bebés y niños la relajación es un factor importante porque regula el stress y mejora el sueño diurno y nocturno.

El niño que descansa bien se encontrará en mejores condiciones para  interactuar positivamente con las personas de su entorno y con el ambiente.

El sueño profundo es el momento privilegiado para recomponerse, procesar y reordenar la información recibida durante la vigilia; esta reorganización de los estímulos optimizan los procesos de aprendizaje

Otro beneficio altamente reconocido es el alivio de los cólicos durante el primer trimestre, mejora el funcionamiento gastrointestinal, el bebé relaja el esfínter para evacuar tanto heces como gases y promueve la liberación de endorfinas que colaboran naturalmente a reducir el dolor.

Son muchos los beneficios que el Masaje Infantil puede brindar, si los papás lo implementan con asiduidad, respeto y amor; sin imponer ni imponérselo como una obligación o la administración de un medicamento.

El vínculo no está dado por la biología, se construye gracias a la presencia, los intercambios, la capacidad de empatía y de “escucha”, escuchar al bebé hasta en las sutilezas, para responderle hasta en las sutilezas.

Cuando el masaje se convierte en un diálogo, el bebé se vuelve más atento y vivaz incentivando así al adulto a recrear esos encuentros; es por efecto de ese feedback espontáneo y placentero que el masaje se revela como un recurso en la crianza para afianzar el vínculo de apego entre padres e hijos.

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Cuando nos contactamos con el bebé a través del estímulo del masaje estamos promoviendo un mejor funcionamiento de aquellos sistemas vitales que al momento del nacimiento se presentan inmaduros. También estamos creando un sistema de comunicación no verbal, lenguaje que el bebé comprende de manera más franca e inmediata.
Se obtiene una reducción de las tensiones que no afectan sólo el temperamento del bebé sino también un equilibrado funcionamiento fisiológico.

ara que el masaje sea altamente beneficioso, es importante conocer una técnica apropiada y desarrollar un grado de observación y percepción sobre las respuestas del bebé para realizar algunas adaptaciones atendiendo cada individualidad

El masaje siempre debe estar al servicio del bebé y no a la inversa

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  • Bebés con necesidades especiales
  • Bebés prematuros o de bajo peso
  • Mamás ansiosas ó padres que les resulta difícil mantener un vínculo fluído.
  • Bebés irritables y llorones
  • Bebés nacidos a término
  • Bebés con cólicos y estreñimiento

Este tipo de acercamiento y comunicación aporta a la mirada, una percepción más amplia que permite un conocimiento mutuo entre los padres y el bebé.

En este sentido es muy recomendable para casos de adopción, en donde el vínculo carece de historia prenatal, ese conocimiento progresivo que se da a partir de la sensorialidad compartida durante la gestación. 

¿Cuándo comenzar el masaje con bebes?

Desde recién nacido, una vez que se haya caído el cordón.
Debe contemplarse que el primer período es un tiempo de gran adaptación para los padres y para el bebé,  si no hay urgencias de por medio se recomienda comenzar una vez cumplido el primer mes.

 

¿Qué se necesita?

  • Temperatura ambiental natural o cálida.
  • Aceites naturales que facilitan el deslizamiento de las manos que masajean y hacen que las sensaciones recibidas sean más placenteras. Es recomendable aceite de: almendras,  coco, sésamo ó caléndula.
  • Elegir una postura cómoda
  •  Un espacio reducido en estímulos exteriores.
 

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En nuestro país hay profesionales especializados y capacitados
para enseñar el masaje.

  • Los cursos de masaje destinados a familias se organizan en cuatro encuentros en los que se transmite no sólo la técnica propiamente dicha sino también los conocimientos acerca de los beneficios, los modos de implementación, la adaptación a las particularidades de cada bebé y la adaptación a las diversas etapas del desarrollo infantil.
  • Los cursos constituyen además un espacio para abordar algunos aspectos de la crianza en donde afectividad e información re-acomodan algunas circunstancias de dificultad que se transitan sobre todo los primeros meses de vida.
  • Los cursos pueden tomarse en forma individual ó grupal (siempre en grupos pequeños). Pueden asistir: la madre, el padre, la pareja.
    Para los papás es una oportunidad de establecer un vínculo íntimo con su hijo porque el masaje no está limitado al género femenino como la lactancia.
    Pueden venir acompañadas también por las abuelas, ambas aprenden algo nuevo, algunos aspectos del antes y el ahora en la crianza salen a la luz enriqueciendo el intercambio de experiencias intergeneracionales.
  • En los cursos se proveen los aceites y un material escrito con la síntesis de los beneficios y aplicaciones del masaje para el hogar.

 

Lic. Paula Landen
Psicomotricista en Salud y Educación
Estimulación Temprana
Coordinadora de Grupos de Juego: mamás y bebés
Educadora de Masaje Infantil (IAIM)
Coordinadora 1° Investigación sobre Masaje en Argentina