El término Estimulación Temprana tan difundido en las últimas décadas se ha incorporado al lenguaje corriente distorsionando en ocasiones, su especificidad como disciplina.

En primer lugar cabría diferenciar la Estimulación Temprana como abordaje clínico-terapéutico, del campo Educativo –Recreativo en los que se ofrece un entorno estimulante.
Ambos campos de trabajo, apuntan a favorecer el buen desarrollo del bebé-niño en formación y los profesionales conocen los cánones normales del desarrollo del niño sano.

El área de Educación, se enfoca desde la prevención primaria; es decir la posibilidad de proveer al infante un ámbito con estímulos adecuados a fin de promover un sano desarrollo y maximizar su potencial saludable en todas las áreas.

En el área de la Salud, desde la atención terapéutica se promueve el desarrollo del bebé teniendo en cuenta las dificultades presentadas, aquello que vemos que esta siendo por fuera de lo esperable y que puede ser superado o compensado.

Es importante discernir ambos abordajes ya que no cumplen la misma función. Un bebé – niño con trastornos en el desarrollo que debe asistir a tratamiento terapéutico en Estimulación Temprana puede simultáneamente concurrir al jardín ya que ambos espacios no se superponen sino que se complementan.